Periódico Grupo de Estudio y Trabajo sobre la Enseñanza de la Historia ….No 6 Bucaramanga-Colombia-Los Artículos son responsabilidad de los autores-





Luís Buñuel publicó en 1982 un libro que llamo “Mi último suspiro”, una pequeña antología de memorias en el que se narran pasajes de su vida con múltiples y “nítidos recuerdos”. Sin embargo, el autor de “Perro andaluz” hace referencia en uno de sus pasajes a que “hay que haber empezado a perder la memoria, auque sea sólo a retazos, para darse cuenta de que esta memoria es lo que constituye toda nuestra vida. Una vida sin memoria no sería vida, como una inteligencia sin posibilidad de expresarse no sería inteligencia” pues bien, con estas palabras el Grupo de Estudio Y Trabajo sobre la Enseñanza de la Historia agradece a dos de sus miembros el haber culminado sus trabajos de grado cuyos temas versaron sobre manuales escolares y esperamos que ustedes grupo de lectores puedan contribuir a su difusión y aporte.


Ponencia: El "Secuestro y asesinato" de la historia por la izquierda: una mirada desde la Academia Colombiana de Historia"

Autor: Sol Alejandra Calderón

Para principios de los ochentas según los miembros de la Academia Colombiana de Historia, la enseñanza de la historia atravesaba un grave momento de crisis que era atribuido a varios factores, entre ellos la fuerte aparición de otras disciplinas sociales como la antropología, la demografía, la sociología y la economía; asignaturas que según la Academia robaban el terreno a la historia y hasta pretendían sustituirla. Sumado a lo anterior los altos índices de analfabetismo en Colombia y lo que ellos llamaban “analfabetismo profesional” referido a la falta de lectura en la misma escuela, colegio y universidad, impedía el interés por la historia, lo que aseguraba la Academia, hacía frágil y vulnerable a la población; situación que era aprovechada por el

“izquierdismo, para hacer penetrar sus ideas destructoras. La izquierda es masculina y la democracia es femenina. Ningún país se ha levantado de su postración maldiciendo su pasado. Al futuro no se entra, sino retrocediendo en busca de impulso. Para amar la Patria, es indispensable amar la historia.”1

De esta forma la Academia planteaba su posición frente a las nuevas políticas educativas y los textos escolares, apreciaciones que resultan de vital importancia para comprender el momento histórico y el tipo de corrientes historiográficas que dominaban entre los académicos del momento, así como la llegada y recibimiento de nuevas formas de interpretación histórica, lo que genera aportes para estudiar las representaciones de la nación en los textos escolares de historia de mediados de los ochentas y su apreciación por parte de la comunidad académica.





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